LOS PRIMEROS 1000 DÍAS DE MAMÁ

MIS PRIMEROS MIL DÍAS

Fue a los 34 años cuando tomé la decisión de ser mamá. Era madre primeriza y tenía muchas dudas por resolver por lo que comencé a buscar un experto que me dirigiese hacia qué camino coger y qué camino evitar para que tanto yo como mi bebé estuviéramos bien. Después de visitar a muchos profesionales me di cuenta de la desinformación y falta de ayuda que había en el sector.

Mi embarazo, y sobre todo el post parto, los considero como de las peores etapas de mi vida. No tomé los suplementos adecuados, engordé 20 kilos, y sufrí mucho en la lactancia. Usé sacaleches durante 3 largos meses y el primer año no dormimos nada porque el bebé (Bernardo) se levantaba cada hora y media. Estaba desinformada y solo me llovían opiniones y consejos de múltiples pediatras a los que acudía. No encontraba la ayuda que buscaba, y la situación me llevó a estudiar e investigar sobre el tema. Consulté a cientos de expertos que me ayudaron a desarrollar cada área poco a poco y estudié las especializaciones en nutrición clínica padiatrica alimentación complementaria y nutrición materno infantil. Empezaba de cero, y esto significaba que tenía que ir enfrentándome a cada tema según apareciese.
Ahora estoy a punto de terminar mis 1000 días de mamá y considero esta parte de mi vida como un periodo de gran aprendizaje. Aprendizaje que con trabajo e ilusión he querido plasmar en este proyecto de los 1000 días de mamá.
Hay libros sobre los 1000 días del bebé, de cómo educarle y de cómo ir introduciendo alimentos, nutrientes y vitaminas en sus dietas; pero con 1000 días de mamá iremos mucho más allá, trataremos el embarazo como un periodo dividido en preconcepción, embarazo, posparto y nutrición enfocándolo al bienestar y ámbitos no sólo del bebé si no también de la madre.

¿POR QUÉ LOS PRIMEROS 1000 DÍAS?

Este período es la ventana crítica en el desarrollo del niño, ya que implica cambios transcendentales para la salud y brinda una oportunidad única para que los niños obtengan bene ficios nutricionales e inmunológicos que necesitarán el resto de su vida. En esta etapa se forman la mayor parte de los órganos, tejidos y también el potencial físico e intelectual de cada niño. Se desarrollará la inteligencia, se formarán los hábitos alimentarios perdurables y se de finirá la salud nutricional del niño ya que una buena alimentación en estos “mil días críticos” será un seguro de salud para su vida futura.

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